Los estudios señalan que la riqueza como meta de vida lleva al vacío emocional. Para combatirlo, se erige a la felicidad como fin último; sin embargo, eso produce paradójicamente más infelicidad.
Y es que la felicidad no es un fin, sino una emoción que denota el desarrollo de la persona; y la infelicidad, su contraparte, una que alerta de situaciones que la amenazan.
Por ello, concebir la felicid...