Padres y madres abren la puerta de la habitación de sus hijos, y ahí los ven, con la noche avanzada, solos, frente a una ventana de infinitas posibilidades. Al otro lado, una legión de ingenieros de software y expertos en marketing trabajan para mantenerlos pegados a la pantalla. El uso responsable del móvil parece una lucha desigual: la fuerza de voluntad no es suficiente cuando nos batimos con a...