“Los niños/as con traumas sexuales no hablan, son muy difíciles de diagnosticar”. Este es el mito más grande que circula por los juzgados, consultorios privados y decretos profesionales. Y es lo que nos hemos creído, lo que nos han hecho creer, lo que parecería que conviene creer. ¿Qué sucedería si pudiésemos convertir cada entrevista en una especie de viaje iniciático para conectarnos con lo más ...