Desde una vieja pensión de Niza la voz de Carolina Otero, la Bella, recupera su pasado. Un pasado marcado por una violación, cuando, con diez años, aún se llamaba Agustina, y que ha sido tan modelado según las conveniencias del momento que ni la misma Bella Otero puede distinguir el mito de la persona.
Inventó sus orígenes, cambió su nombre por el de Carolina, incluso quedó embarazada en su imagi...