
La arpía de Roma
El cadáver de Julio César yace, ensangrentado, a los pies de la estatua de Pompeyo y el corazón de Servilia, madre de uno de los asesinos y amante de la víctima, grita por dejar de latir.
«Las calles están agitadas; hasta el atrio llegan gritos y llantos desgarrados, y el cielo plomizo de marzo se tiñe con la luz de miles de antorchas que arden en el foro. La angustia ha nacido en las calles, ...
El cadáver de Julio César yace, ensangrentado, a los pies de la estatua de Pompeyo y el corazón de Servilia, madre de uno de los asesinos y amante de la víctima, grita por dejar de latir.
«Las calles están agitadas; hasta el atrio llegan gritos y llantos desgarrados, y el cielo plomizo de marzo se tiñe con la luz de miles de antorchas que arden en el foro. La angustia ha nacido en las calles, ...