Se crió en la calle, en el vértigo sentimental de un hogar partido y entre las drogas y la delincuencia de un barrio sin movida madrileña. Huérfano y rebelde con un puñado de causas, tenía apenas doce años cuando esquivó la cornada de su propio futuro. Y en la verdad de la escuela taurina encontró el calor de una nueva familia, encauzó su rabia de potro desbocado y descubrió los valores que le hic...