El oeste de Irén, una tierra de extremos salvajes y una historia aún más salvaje, es ideal para viajeros independientes en busca de aventuras. En la fecunda costa del Caspio, en las inhóspitas y montañosas fronteras del norte, o las desmoronadas ruinas en el desierto de las llanuras meridionales, la región tiene de todo: desde arrozales hasta tormentas de nieve, pasando por el auténtico Jardín del...