La ciencia médica se ve desbordada por una enfermedad desconocida, una enfermedad cuyos orígenes no son de este planeta...
El estudiante universitario Beau Stark fue el primero en recoger uno de los extraños discos negros que había por toda la ciudad. Al principio dolía como la picadura de una abeja. Más tarde tomó los síntomas de un resfriado común. Poco a poco fue convirtiéndose en una virulenta...
La ciencia médica se ve desbordada por una enfermedad desconocida, una enfermedad cuyos orígenes no son de este planeta...
El estudiante universitario Beau Stark fue el primero en recoger uno de los extraños discos negros que había por toda la ciudad. Al principio dolía como la picadura de una abeja. Más tarde tomó los síntomas de un resfriado común. Poco a poco fue convirtiéndose en una virulenta...