"Cantaremos a las fábricas colgadas de las nubes por los hilos de sus humaredas", clamaba el Manifiesto Futurista en 1918. Eran tiempos de auge del industrialismo y la vanguardia cultural manifestaba, en consonancia, su admiración por la velocidad y la máquina. Ciento diez años después, debemos formular una serie de principios exactamente opuestos. Nos encontramos en un momento crucial, "el siglo ...