Era la mitad de los años veinte en la Ciudad de México. En la Plaza de la Constitución confluían todas y cada una de las líneas de tranvías y carros de pasajeros, el Zócalo era el centro del comercio, y la ciudad hervía con la apertura cultural y artística.
En el epicentro de este nuevo México despertaba un testigo silencioso que albergaría la vida social, política y cultural del país los próximo...