"La Copa, la Copa, se mira y no se toca." Ese viejo cantito parece anticuado de tan cándido, de tan inofensivo. Viene desde tiempos lejanos en los que los partidos de la Libertadores se seguían por los diarios, por las radios, por fantasmagóricas pantallas de televisión en blanco y negro. Y sin embargo, más allá de su inocencia, el cantito traduce un sentimiento genuino que todos los hinchas sient...