He vuelto para verte:
"Además —intervino la dama—, es absurdo que pases la vida como si fueras la viuda eterna. Tenías dieciséis años cuando te casaste, ya los seis meses perdiste a tu marido. No te quedaron hijos… No veo por qué has de pasarte la vida como una vieja.
—De eso —opinó la hija quedamente, con cansancio— hablamos muchas veces, mamá. El resultado siempre es el mismo.
—El mismo...