Dos historias originales, divertidas y muy muy tiernas, que harán reír a toda la familia.
Un domingo por la mañana, mi madre gritó:
- ¡¿QUIÉN HA METIDO UNA VACA EN LA NEVERA?!
Una enooorme aventura estaba a punto de comenzar.
Tan enorme como el corazón de vaca de Carola Quesodebola.
Y al siguiente domingo, apareció otra sorpresa... Mi madre me despertó gritando desde el baño:
-¡¿QUIÉN HA METIDO UN HIPOPÓTAMO EN LA BAÑERA?!
Mi cerebro pasó del descanso a la máxima actividad en un segundo, batiendo su propio record.
«Piensa, piensa, piensa...» pensé.
La lista de cosas metidas en sitios INCORRECTOS era bastante larga: medio bocadillo de mortadela en el fondo de la mochila (se me olvidó tirarlo a la basura el martes pasado); un calcetín de deporte en el acuario de peces tropicales de papá (mi intención era que cayera en el cesto de la ropa sucia pero me falló la puntería); dos dedos bastante limpios en el bote de la nata montada (¿quién es...