Desde su infancia, Bertha Moss soñó con las doradas mieles de la gran pantalla. Su gran aspiración como actriz era consagrarse con algún protagónico que le diera la posición indiscutida de heroína romántica del momento. Sin embargo por imperio de los cánones estéticos que presidían las artes visuales de su época, se vio relegada al papel de antagonista villana (madrastra, solterona, resentida e in...