Pertenezco a una generación en la que los escritores eran tipos talentosos. Pero la aparición de los libros de autoayuda o las autobiografías de personas que sobrevivieron a cortes de luz me han convencido de que puedo, al menos, intentarlo. Es terrible reconocer que la mediocridad ha sido mi motivación. Pero peor es pedir manzana asada de postre o kinotos al whisky en la heladería.
Para dedicarm...