Tras el formidable éxito de La hija de Robert Poste, Stella Gibbons nos deleita con una sátira sobre el estiraido establishment artístico inglés. Humor inteligente con un delicioso aroma rústico, que nada tiene que envidiarle a su antecesora en cuanto a descaro y afán de sátira.
Dieciséis años después de haber puesto el pie por última vez en el pintoresco pueblo de Howling, Flora Poste, la díscola ...