Día 20 del mes, y ya te has gastado casi todo el sueldo. Echas mano de la tarjeta de crédito para comprarte un par de caprichitos de nada y cruzas los dedos para que la letra del coche no te deje en números rojos, porque no recuerdas si todavía te queda algún recibo por pagar. Llegas a casa y tienes publicidad del banco, que te ofrece un depósito en unas condiciones que ya no sabes si te sale a cu...