La espiritualidad es un camino de alegría, un camino sublime. Es ese espacio que nos permite crecer como personas, nos da la posibilidad de observar nuestra vida y centrarnos en lo verdaderamente importante. Es claro que, sin importar el tipo de práctica religiosa —y aún si no se tiene—, todo ser humano, con mayor o menor frecuencia, se cuestiona acerca del sentido y el propósito de su vida y toma...