A Julio Bárbaro no se la contaron. Él la vivió. Y no le importa abandonar toda corrección política para trazar una historia de la Argentina de los últimos años, mientras cuenta su propia historia, la de una infancia donde el país era otro y su gente también. La de una adolescencia y una juventud signadas por los vaivenes y las urgencias. De su ser peronista. Del exilio, el secuestro y la tortura d...