La portentosa culminación del Cuarteto de las estaciones. Una celebración del hecho de estar vivos en el mundo.
«El mundo es intraducible, pero no incomprensible, mientras se conozca la sencilla regla de que nada de lo que expresa a través de sus miríadas de vida y criaturas va seguido de interrogaciones, sino solo de exclamaciones», le cuenta Karl Ove Knausgård a su hija en este volumen que cierr...
La portentosa culminación del Cuarteto de las estaciones. Una celebración del hecho de estar vivos en el mundo.
«El mundo es intraducible, pero no incomprensible, mientras se conozca la sencilla regla de que nada de lo que expresa a través de sus miríadas de vida y criaturas va seguido de interrogaciones, sino solo de exclamaciones», le cuenta Karl Ove Knausgård a su hija en este volumen que cierr...