Un día abrí un blog metiéndome con mi madre —que se llamaba Cómo no ser una drama mamá—; Planeta me publicó un libro, con el mismo título, que resulta que vendió muy bien. Entonces mi editora me propuso hacer un libro de recetas de mi madre. A mí me dio un ataque de risa, me atraganté, y le dije que lo único que teníamos en común una cocina y yo es que las dos existimos en el mundo.
Pero al cabo ...