Yo era mejor madre antes de ser madre. En mi cabeza todo tenía un sentido, una razón, un por qué. Todo rodaba y funcionaba en correcta sincronía. No es que fuera perfecto, en mi imaginación había llantos, cacas, noches de insomnio, discusiones, dolor, puntos de sutura…
Pero no lo esperaba de la manera en que ocurrió. Y la sorpresa fue mayor aún por pensar que estaba preparada. Nadie me ocultó las ...