A Eldania le entregó un libro una mujer misteriosa junto a la tumba de su hermanita Alicia. Debía abrirlo cuando la vida le diera la señal de que lo hiciera. Samuel, el hijo que Eldania tuvo de estudiante adolescente, al leer el título, El llanto de la perra, le preguntó: “Mami, ¿cómo es el llanto de la perra?”. Eldania, que podía haber escrito “soy hija de la vida, la vida es mi madre…”, contestó...