En todas las sociedades, como en las personas, existe una tensión entre lo que Baruch Spinoza denominaba las «emociones tristes» y las emociones amables o plácidas. Cada país tiende hacia un polo u otro, y esto define su identidad cultural. Algunas naciones se han inclinado demasiado hacia los sentimientos malsanos, sobre todo en el ámbito de la política.
Es el caso de España en determinados momen...