Londres, 11 de abril de 1916. En medio de la crispación y la desconfianza producidas por la Gran Guerra, se oye el estruendo de la ráfaga disparada por el Tercer Batallón de la Guardia Escocesa. Poco antes de la siete de la mañana, el empedrado del patio de la Torre de Londres se tiñe con la sangre tibia de Ludovico Hurwitz, un comerciante peruano de ascendencia judía, nacido en el Callao.
...