Según el filósofo Mencio, los niños son como brotes que dependen de la tierra, la luz del sol, el agua y sobre todo el esfuerzo y la dedicación de unos jardineros pacientes. A veces necesitan nuestra protección; otras, que nos alejemos y les dejemos crecer. Como los nuevos tallos de una planta, la personalidad de un niño, su comportamiento, virtudes y defectos son visibles desde temprano, pero al ...