
El sol no despierta a los muertos
"Este libro no pide permiso ni perdón. Lo que se ofrece aquí no se lee: se consume con la voluntad quebrada de quien responde a la llamada del miedo. Es un gualicho narrativo que fermenta entre médanos, jagüeles y cuerpos que no saben si están vivos, muertos o en tránsito. El sol no despierta a los muertos, pero sí los exhibe en toda su dimensión decadente, como heridas abiertas. ...
"Este libro no pide permiso ni perdón. Lo que se ofrece aquí no se lee: se consume con la voluntad quebrada de quien responde a la llamada del miedo. Es un gualicho narrativo que fermenta entre médanos, jagüeles y cuerpos que no saben si están vivos, muertos o en tránsito. El sol no despierta a los muertos, pero sí los exhibe en toda su dimensión decadente, como heridas abiertas. ...
