Yo era una chica tan común como cualquier otra. Iba a clase, discutía con mis padres y amaba incondicionalmente a mis amigos, y de vez en cuando me enamoraba de quien no debía, como le pasa a todo el mundo. No había nada novelesco en mí, nada heroico que mereciera un puñado de páginas, y por eso esta historia no irá de mis padres ni de mis colegas ni de mis enamorados; no irá de la rutuna de una e...