El silencio del poeta es un grito que retumba en cada recoveco del alma, no pide paz y en verdad no pide nada, sólo quiere sangrar para verter su dolorosa y reconfortante prosa sobre nosotros; para cubrirnos el cuerpo con su aroma de tinta violenta— violeta—y con ello, alentarnos a redescubrirnos desde adentro. Es un silencio atemporal y omnisciente: es un silencio que lo dice todo.
Esta obra no...