Más relatos mordaces, irreverentes, desopilantes, inteligentes y
divertidos de este personaje de Rolando Hanglin que le sirve, de alguna
forma, para contar lo que Lanny no se anima a decir.
El señor González lleva trabajando cuarenta años. Está cerca de la
jubilación. Ha ahorrado toda su vida, dólar sobre dólar, para invertir
en ladrillos. Nunca pisó una comisaría ni un juzgado. Tiene dos
departament...
Más relatos mordaces, irreverentes, desopilantes, inteligentes y
divertidos de este personaje de Rolando Hanglin que le sirve, de alguna
forma, para contar lo que Lanny no se anima a decir.
El señor González lleva trabajando cuarenta años. Está cerca de la
jubilación. Ha ahorrado toda su vida, dólar sobre dólar, para invertir
en ladrillos. Nunca pisó una comisaría ni un juzgado. Tiene dos
departament...