Todo empezó en 2012, cuando Artur Mas regresó de la Moncloa con la negativa de Mariano Rajoy a abordar un pacto fiscal para Cataluña. Aquel presidente de la Generalitat designado a dedo por Jordi Pujol emprendió entonces una carrera imparable abrazado al independentismo en el que nunca había militado. Avanzó en la vía del desafío al Estado español como quien se adentra en un bosque de espesa malez...