Cuando los regímenes comunistas europeos se desmoronaron uno tras otro, podía albergarse cualquier esperanza. Los viejos sueños de los grandes pensadores liberales iban a cumplirse por fin, las guerras serían reemplazadas por el comercio, podría instalarse un nuevo orden mundial más armónico. Apenas veinte años después, no queda más remedio que constatar que esta esperanza era ilusoria. En El mied...