La narrativa vertiginosa y original de Mo Yan resulta deliciosa para el lector, que queda irremediablemente atrapado en la trama.
El monólogo de un taciturno y solitario personaje, habitual del bulevar, marca el punto de partida de esta historia llena de un virtuosismo deslumbrante.
Arrastrado a un restaurante especializado en raviolis, a nuestro héroe no le quedará más alternativa que someters...