Una novela inspiradora, una época inigualable, una mujer maravillosa: Rafaela Ybarra
«A este jardín, que más bien era un bosque, se accedía desde el piso principal del palacete a través de un puente de hierro forjado artísticamente. Por su gusto, Rafaela lo hubiera hecho más rústico, de madera de castaño, pero su marido dijo que había de ser hierro…»
Finales del siglo XIX. Bilbao es una de las ciu...