El invitado, nombre con el que los paramilitares designan a los detenidos, es una historia que puede acontecer en cualquier lugar de América Latina.
«Mi cuerpo era propiedad de mis captores, lo único que poseía o creía poseer era mi silencio y los pocos o muchos recuerdos que aún permanecían ocultos en algún recoveco de mi alma, porque muchos otros habían pasado a ser propiedad de ellos», reflexio...