El fracaso compensado:
"—Esperando siempre…
—Sí, ya sé. Un milagro. Pero los milagros para aceptarlos los curas y representantes de la Iglesia hemos de justificarlos, palparlos, y aun así dudamos. Como os decía, creo que el asunto ya no está ni en vosotros, ni en mí, pero sí en un médico.
—Anita tiene el cuerpo sano, señor cura.
—Lo sé, María. Pero en cambio tiene el alma qu...