"La palabra 'revolución' insiste. Como decía Kant de la Revolución francesa, no se mide por sus éxitos o fracasos; es una virtualidad permanente. La revolución es un acto sublime, despierta entusiasmo. Es un deseo y, como tal, no tiene fecha de vencimiento. Un deseo que insiste a pesar de la decepción crea un problema que no se resuelve con la facilidad con la que Freud conjugó el principio de pla...