En la década de 1920, el célebre explorador y pintor ruso Nicolás Roerich fue en busca de Shambhala. Su caravana se dirigía al Gobi. Cuando Roerich y los lamas que lo acompañaban estaban próximos a las montañas del Altai Himalaya, avistaron un objeto dorado que se desplazaba por el cielo. Los lamas no se sorprendieron: para los monjes era un signo de los guardianes del mundo intraterrestre. Aquell...