El Danubio, que ha sido calificado como «un maravilloso viaje en el tiempo y el espacio», enlaza con el «tourisme éclairé» de un Stendhal o un Chateaubriand, e inaugura un nuevo género, a caballo entre la novela y el ensayo, el diario y la autobiografía, la historia cultural y el libro de viajes.
En palabras de su autor, el libro es «una especie de novela sumergida: escribo sobre la civilización danubiana, pero también del ojo que la contempla», y fue redactado «con la sensación de escribir mi propia autobiografía». Paisajes, pasiones, encuentros, reflexiones: El Danubio es, pues, el relato de un «viaje sentimental» a la manera de Sterne, en el que el narrador recorre el viejo río desde...