Cuando supo que le quedaba poco por vivir, Arquímedes Puccio, amante de las frases célebres y las citas literarias, recurrió a Almafuerte. En una de sus últimas cartas escribió: "Todos los incurables tienen cura cinco segundos antes de su muerte". Luego, de viejo, murió acompañado por un pastor evangelista, en la provincia de La Pampa. Allí lo había entrevistado, un tiempo atrás, el periodista y e...