Nacida en los Países Bajos, Margaretha Zelle se casó siendo muy joven con un oficial de las Indias holandesas, al que siguió poco después a las colonias. La estancia en Indonesia la dejó marcada y resaltó su sensualidad; cuando regresó a Europa, se inventó un pasado de bailarina oriental y decidió ejercer su arte en París. Así, se convirtió en la estrella indiscutible de la Ciudad de la Luz, liger...