«Las relaciones son mediocres. Los rollos de una noche, también. ¿El motivo? En el primer caso suele primar la costumbre, y en el segundo, una necesidad mal gestionada, que parece que nos convierta en animales sin cerebro. La gente no es seria, no ama de verdad el placer, ni, por supuesto, se atreve a explorarlo. Por fortuna existo yo, la alternativa. Y me encontré con Moira en el momento preciso ...