Hace un siglo, la belleza era considerada de forma unánime como meta suprema del arte y hasta como sinónimo de excelencia artística. Hoy, en cambio, algunos la contemplan como algo parecido a un delito estético. En nuestros días, determinada crítica increpa a los artistas cuando sus obras parecen aspirar a la belleza. En los últimos años, sin embargo, algunos artistas, críticos y comisarios de exp...