La parte sur de la espina dorsal de los Andes ecuatorianos escolta a los viajeros más intrépidos por frondosos valles que ocultan ciudades virreinales en tonos pastel y aldeas remotas donde pervive la cultura indígena. Y, salvo en Cuenca, la famosa capital regional, las carreteras y caminos están mucho menos transitados.
Pasando de fríos bosques enanos a selvas húmedas de tierras bajas, la región ...