La vida y amores de la ciudad pasan por el umbral de una herboristería.
Durante los últimos meses de un siglo que podría ser el XVIII, en una ciudad junto a un río, una herboristería cuida la salud de sus conciudadanos, al tiempo que, como la jabonería de Vieytes, se constituye en punto neurálgico del chisme citadino. Quien la preside rememora vida y amores desde la aparente postración en un silló...