Si observamos a los caballos mientras juegan en el cercado o en el prado, podremos reconocer en sus movimientos muchos de los llamados números circenses, aunque, desgraciadamente, la palabra circo se asocia a menudo con movimientos poco naturales y forzados.; En realidad, los caballos llevan estos movimientos en la sangre y tan sólo es cuestión de sacarlos a la luz.; En ese sentido, la doma libr...