Deseo un millonario:
"—Es demasiado, papá —dijo Hugh al fin.
El señor Fleming se agitó cual si lo sacudiera un vendaval.
—¿Demasiado? ¿Has dicho demasiado? Es muy poco para lo que te mereces —gritó, alzando el brazo y sacudiéndolo vigorosamente—. Muy poco, ¿me entiendes? Te he perdonado muchas, pero por mi sangre te aseguro que ésta no te la perdono. Vas a aprender a trabajar o, de lo contra...