Me lo dijo sin preámbulos, pero no me tomó por sorpresa.A principios de 2022, mi padre, Carlos Alberto Montaner, me encomendó la misión más difícil y dolorosa de mi vida: «Te pido que me ayudes a morir».
Más de seis años después de ser diagnosticado en Estados Unidos con párkinson sus capacidades físicas habían mermado considerablemente y la enfermedad comenzaba a hacer mella en sus facultades cog...