Decir "basta" no es fácil, pero es necesario y saludable. Libera el espíritu y aliviana el cuerpo de aquellas sobrecargas que, a expensas propias, benefician a otros. Muchas mujeres suelen llegar al "basta" –a menudo explosivo– por exceso de aguante y acumulación de infinitos "no", omitidos en el momento oportuno. Decir "basta" no es "patear el tablero", sino aprender el juego de poner límites ant...