Crítica
Estos cuentos son ilusorios, fantásticos, extrañamente libres. Narraciones cortas a modo de espejismo. Un deleite con el que recuperar el sabor de los cuentos de toda la vida. Un último apunte, si me permiten: para no perder ripio es también el prólogo de Hermann Hesse, con el que se abre el libro.
Literaturas.com
Con el mismo espíritu con el que recorres, querido lector, con ojos asombrados...
Crítica
Estos cuentos son ilusorios, fantásticos, extrañamente libres. Narraciones cortas a modo de espejismo. Un deleite con el que recuperar el sabor de los cuentos de toda la vida. Un último apunte, si me permiten: para no perder ripio es también el prólogo de Hermann Hesse, con el que se abre el libro.
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Con el mismo espíritu con el que recorres, querido lector, con ojos asombrados...